8M, la violencia de género en el país
Durante del 2022, se reportaron más de 17 mil casos de violencia contra la mujer. Fiorella, alguna vez, fue parte de esas cifras. Cuando terminó el colegio, se enamoró de un hombre mayor. Los primeros meses, fue una relación tranquila, pero poco a poco, eso cambió. “Todo se iba haciendo agresivo. Me empezó a minimizar, me obligaba a hacer cosas, bajo amenaza. Era manipulador. En ese momento, yo no era capaz de contárselo a nadie”, relata Fiorella.
A sus 17 años, salió embarazada. Tres años antes, su madre había fallecido, pero siempre tuvo a su tía materna, que la siguió criando como a una hija. Pasaron dos años para que pueda decir: basta. A partir de ahí, y con el apoyo incondicional de su familia, decidió abrir varios procesos legales que, hasta ahora continúan. Desde que su hija nació, ella ha sido su sustento. Trabajó como reponedora, promotora, en ventas, como supervisora. Siempre en busca de nuevas oportunidades de crecimiento y el bienestar de su hija.
8M: ¿un trabajo para hombres?
Le tocó vivir momentos duros. Durante 6 meses se quedó sin trabajo por recorte de personal. En medio de esa situación, conoce el CETPRO PROMAE e ingresa a estudiar Mecánica de motos. Fiorella conduce su propia moto lineal y dice que “nunca tuve problemas de ser la única mujer mecánica de motos. Mis compañeros y profesor siempre han sido muy respetuosos. Pero, en otros lugares, cuando contaba a lo que me dedicaba, sí han surgido malos comentarios, a los que hoy no les presto importancia porque trabajo en mí y en sentirme una mujer empoderada”, dice Fiorella.
“Las mujeres sienten que se pueden equivocar, que mejor lo hacen los hombres, que el trabajo de ellos deber ser más duro. Y no es así. Esto, es consecuencia de estereotipos de crianza desde la infancia. Por eso, es importante brindar espacios de acompañamiento y capacitación para asegurar en las mujeres el fortalecimiento de su autoestima, liderazgo, autoconfianza, que es lo que buscamos fortalecer desde el enfoque de género”, explica Marisú Palacios, asesora nacional de Género de la Fundación Ayuda en Acción Perú.
Fiorella es parte del programa Belleza por un futuro en alianza con L’oreal. Y, a través de la Fundación Ayuda en Acción, se le ha otorgado cursos virtuales certificados para seguir preparándose. Así como, se les brinda talleres de empleabilidad y el acompañamiento en el desarrollo de sus planes de negocio.
Fiorella tiene ganas de comerse el mundo, toda la energía y un gran espíritu emprendedor. Además de trabajar en el taller automotriz, este año es parte de las clases de Estética personal. Y ya está realizando sus prácticas haciendo decoloraciones, tintes, ondulaciones, entre otros.
“Ya tengo clientes que me solicitan cortes de cabello y trabajo por citas. Ambas especialidades son rentables y me ayudan a seguir manteniendo a mi familia y creciendo como persona. Quiero terminar los módulos y obtener el certificado del Ministerio de Educación para seguir buscando mejores oportunidades de empleo”, resalta.
Uno de los mayores golpes que tuvo que afrontar es la pérdida de su tía. No pudo hacer mucho para salvarla de la Covid-19. Sin embargo, se convirtió en la mejor compañía y motivación, junto a su hija, para perseguir todos sus sueños. Entre lágrimas de emoción, Fiorella lanza un suspiro y aunque nos lo dice a nosotros, es más una promesa personal: en cinco años tendré mi propio salón de belleza y un taller de motos. He superado retos y dificultades que me han hecho fuerte y capaz de lograr todo lo que me proponga.