La agricultura en el Perú ha sido y es una de las actividades económicas principales. Más de 33 millones de peruanos y peruanas, son abastecidos a diario con los alimentos que se producen. Además, Perú es uno de los países con mayor diversidad de climas y suelos en la región. Y, reconocido por su variedad de productos agroalimentarios. Sin embargo, aún existe una amplia brecha en su desarrollo y grandes desafíos para potenciar su crecimiento.
Evolución de la agricultura en el Perú
Desde los 2 500 a.C., ya hablamos de agricultura, incipiente pero que empezaba a sostener a otras actividades en nacimiento, como la textilería o ganadería. Las culturas preincas, los incas y sucedáneos, fueron mejorando las técnicas agrícolas, adaptándose a las dificultades del terreno andino, y sacándole, el máximo provecho. Estamos hablando de los famosos pisos ecológicos, andenes, climatización de tubérculos y plantas, entre otros. Siendo este, el mayor legado para seguir desarrollando la agricultura familiar, que hoy en día, aporta el 70% de los alimentos, según cifras del Midagri.
La agricultura en el Perú, pese a las crisis sociales en diferentes momentos de la historia, evolucionó. Y, sigue siendo uno de los motores de la economía nacional. Superando, periodos críticos entre las décadas de los años 70’s y 80’s, con la Reforma Agraria o el Fenómeno El Niño de 1983, de acuerdo a un informe del Ministerio de Economía y Finanzas.
Según este mismo informe, a partir de ahí, el desarrollo del agro se mantuvo en crecimiento sostenido. Incluso, a inicios de la pandemia, que azotó varios sectores productivos, los índices de crecimiento en relación al PBI se conservaron. Y esto, gracias a “los altos niveles de producción en importantes productos orientados, tanto al mercado interno (papa, plátano, yuca), como externo (arándanos, cacao, palta)”.
Tipos de agricultura en el Perú
La agricultura es uno de los sectores productivos más amplios en el país. De acuerdo a sus técnicas, procesos de cultivo o impacto ambiental, se clasifica en diferentes tipos. Y, una de las clasificaciones que queremos compartir es la que se realiza según el método y objetivos de esta actividad. Así, son:
• Agricultura tradicional, que viene de conocimientos milenarios y prácticas antiguas. La practican, en su mayoría, pequeños productores dedicados a la agricultura familiar, en zonas rurales. Pero, los recursos tecnológicos y la capacidad de producción son limitados. Su principal objetivo es el del autoconsumo.
• Agricultura industrial, la que está más tecnificada y trabaja con métodos innovadores. Esto, le permite proyectarse e ingresar a mercados internacionales.
• Agricultura ecológica, orgánica o biológica, que responde a un cultivo respetuoso de los productos, y además, promueve un consumo responsable de los alimentos.
Agricultura orgánica
La agricultura orgánica o ecológica es aquella que se realiza sin utilizar productos químicos y es respetuosa del medio ambiente. Durante todo el proceso de cultivo, y hasta la venta final del producto, se priorizan las técnicas e insumos que conserven la agrobiodiversidad y los recursos naturales, así como el comercio justo y el desarrollo sostenible.
Según cifras recientes del Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa), se estima que más de 107 mil productores y productoras desarrollan este tipo de actividad agrícola. El 94% están asociados a operadores grupales para que puedan cumplir con las exigencias y certificaciones locales e internacionales.
Entre los productos que destacan provenientes de la agricultura orgánica son el café, en primer lugar, seguido del cacao, la quinua y el plátano. Y otros cultivos emergentes son los arándanos, el kion, la palta, y frutos como el mango y la uva, de acuerdo a esta misma institución.
Buenas prácticas agrícolas
En la provincia de San Miguel, en Cajamarca, trabajamos con productores y productoras de palta. La producción de este fruto, se desarrolla en la Cuenca del Jequetepeque. Se estima un volumen aproximado de 150 toneladas de palta en el año.
Desde Ayuda en Acción, promovemos las buenas prácticas en el sector agrícola para garantizar la sostenibilidad de toda la cadena productiva. Formamos en capacidades técnicas y escuelas de campo que les permitan ser parte de esta demanda en crecimiento. Esto, genera un impacto positivo en los campos de cultivo, el medio ambiente y en las relaciones económicas del agro.