La historia de Flor Ramos, una mujer emprendedora

El arte del tejido en paja toquilla es una actividad muy valorada en la región de Piura. Y para muchas familias, su único medio de subsistencia. Pero la pandemia, golpeó muy duro a este sector. El insumo es traído desde Ecuador para su venta en Catacaos, haciendo que el costo se eleve a casi el doble. Flor Ramos es una de las curamorinas que se dedicaba a la confección de productos de este material y, como muchas otras personas, tuvo que buscar otras alternativas para seguir trabajando.
Todo el sector norte del país es netamente agrícola, y en Piura, el principal cultivo es el banano orgánico. Flor y otras mujeres, aprendieron a darle tratamiento al tallo, una parte que es desechada por las empresas productivas. Los filamentos se desprenden sutilmente de la planta. A esto, se le llama chante, del cual extraen la fibra que se convierte en la materia prima de hermosas artesanías y, a bajo costo.
“Me gusta lo que hago porque aprovecho todo lo que produzco en el cultivo de banano que tengo en mi chacra. Y, además, ahora puedo hacer más cosas con mis propias manos, que seguirán trabajando hasta donde me de la vida”, cuenta Flor durante la transmisión.
Flor tiene 44 años y es una mujer con una proactividad incansable. Ella es docente, emprendedora, agricultora y socia de la cooperativa Monteverde, una asociación de bananeros que trabajan con la Fundación Ayuda en Acción desde el 2018.
Flor: “Emprender no es fácil, pero se puede”
Flor lo ha demostrado en cada paso que da. “Al inicio, me daba miedo, tenía muchas dudas, pero había que sacar fuerzas. Lo hago por mí, por mis hijos y mi familia”, nos dice.
Las mujeres que emprenden suelen tener retos mayores. Por ejemplo, menos posibilidad de acceder a un financiamiento o la falta de educación financiera para sacar adelante sus negocios. “En la zona rural esto es muy común. Es una estructura que responde a creencias equivocadas desde la crianza. A las mujeres no se les hereda propiedades; por tanto, no tienen respaldo económico. No pueden hacerse de un historial crediticio o, incluso, no saben cómo abrir una cuenta bancaria, entre otras cosas”, explica Marisú Palacios, asesora nacional del Género de la Fundación Ayuda en Acción Perú.
¿Por qué las mujeres desertan la universidad? ¿Por qué no acceden a financiamiento? La experta en temas de género señala que las mujeres están más socializadas y criadas para atender y hacer las tareas de hogar. Es decir, para el espacio privado de la casa y poco o nada al espacio público. Y esto, refuerza los estereotipos a los que, en su vida adulta, se enfrentan.
Desde la organización, se promueve no solo que las mujeres puedan emprender, sino que puedan ser, también, autónomas económicamente. Fortalecemos sus habilidades socioemocionales y brindamos espacios de capacitación para asegurar su autoestima, liderazgo y autoconfianza desde el enfoque de género.
“Hoy quiero hablarles a las mujeres que sienten que no pueden. No piensen así, nosotras y los hombres somos igual de capaces para hacer cualquier trabajo. Perseveremos siempre. Si tenemos sueños, vayamos a cumplirlos”, dice Flor con certeza y entusiasmo.
- En la conversación le preguntan, y tus sueños Flor, ¿cuáles son?
- “Quiero ampliar mi taller y mis tierras, pero, sobre todo, ser una mujer completamente empoderada e independiente, y poder compartir mi experiencia con otras mujeres”, finaliza.