En Curgos, trabajamos para reducir esta brecha
Con una población de más de 7 mil habitantes, Curgos era el distrito más pobre del país. Desde el 2019, ya no ocupa ese lugar. Y más bien, encontramos testimonios como los de Esperanza, una joven que, junto a otras compañeras, le dan la contra a la brecha de género.
“Puedo hacer un plano para promover en mi familia que tengamos una casa mejorada”, afirma Esperanza, con solo 16 años. Ella participa de los laboratorios de innovación tecnológica en este distrito, ubicado en la provincia de Sánchez Carrión, en La Libertad. De otro lado, Angie nos cuenta que puede arreglar aparatos sencillos sola. “También he aprendido de robótica, a utilizar LEDS, máquinas y el profesor nos está enseñando a descubrir cómo obtener energía”, nos cuenta con mucha naturalidad.
“Los estudiantes adquieren competencias tecnológicas mejorando su desempeño a nivel personal y social, incluso en actividades que, tradicionalmente, pueden vincularse al género masculino, como conexiones eléctricas a bajo voltaje, haciendo soldaduras con cantil y estaño, entre otras”, resalta Jorge Cabrejos, coordinador de la línea estratégica Educación e innovación de la Fundación Ayuda en Acción.
Pero, también existen otras realidades. Las de compañeras que no pueden ir a los talleres porque tienen que realizar los quehaceres del hogar, cuidar de sus hermanos o, los padres, por antecedentes culturales, les niegan la oportunidad.
¿Por qué se da esta brecha de género?
La brecha de género se da por una serie de factores familiares y sociales. Entre estos, están los estereotipos que se representan en juguetes, actividades o intereses, y que suelen diferenciar a mujeres y hombres en función a su condición de género. “Así, es más factible que a las niñas les den juguetes ligados al cuidado y espacio privado, mientras que, a los niños, juguetes vinculados a la experimentación, movimiento, y al espacio público”, añade Marisú Palacios, asesora nacional de Género de la Fundación Ayuda en Acción.
Luego, en las escuelas, mayoritariamente, los niños escogen computación, electrónica, laboratorio, física, química y matemáticas. No significa que no existan niñas a quienes les guste, solo que no se espera que así sea. Y, por tanto, no se les motiva. “Y, en los estudios superiores, las mujeres, por lo general, escogen profesiones ligadas al cuidado, al vínculo con personas (educación, salud, servicio), y que, además, no son tan bien pagadas como las escogidas por hombres (ingeniería, tecnologías)”, añade Marisú. Sumado a esto, las mujeres tienen menos tiempo para desarrollarse y asumir puestos altos, lo que limita que tengan espacios de representación, liderazgo o toma de decisión.
Toma nota de algunos datos
Te compartimos cifras que te pueden brindar un mejor panorama de esta brecha:
- En el Perú, solo la tercera parte del Directorio Nacional de Investigadores e Innovadores (DINA) está integrado por mujeres, es decir 25.191. El resto, 46.755, son varones. Estas cifras coinciden con las arrojadas por el I Censo Nacional de Investigación y Desarrollo realizado por Concytec en 2015, que demostró que en nuestro país el 68,1 % de los investigadores son hombres y solo el 31,9 % son mujeres.
- En campos de vanguardia como la inteligencia artificial, solo 1 de cada 5 profesionales (22%) es una mujer.
- En el Perú, según cifras de la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria (Sunedu) de 2016, el 26 % de los egresados de pregrado pertenecen a carreras vinculadas al grupo de ciencia, tecnología e informática (CTI) y, de este porcentaje, solo 32 % son mujeres.
¿Cómo involucramos a las niñas en la ciencia?
Se requiere motivar a las niñas a involucrarse en actividades relacionadas a la ciencia y tecnología. Esto, puede darse a través del aumento de actividades de juego y experimentación dentro y fuera del horario escolar. Otro factor clave, es la promoción de material de difusión no sexista, que sensibilice a las y los adultos para educar sin estereotipos. Es importante, que se generen proyectos públicos y privados que promuevan la participación, especialmente, de las niñas, brindando facilidades para que las niñas puedan asistir sin complicaciones (distancia al centro, riesgos o peligros en el camino, permisos).
Además, es necesario contar con referentes mujeres científicas, investigadoras e inventoras, a fin de sensibilizar no solo a la sociedad, sino mostrarles a las niñas que ellas también pueden serlo, si lo desean.
Escrito por:
Marisú Palacios, asesora nacional de Género
Diana Hernández, responsable de Comunicaciones y contenido