Por: Marisu Palacios, especialista en género
Eugenia[1] tiene 38 años y vive en Ayaviri, provincia de Melgar en Puno. Como mujer su vida no ha sido fácil. Además de haber crecido en una situación de vulnerabilidad económica, es mujer, y eso le ha traído una serie de vivencias que ahora es capaz de identificar como injusticia, desigualdad y machismo.
Ella vivió con su madre, su padre y 9 hermanos, siendo la única mujer. De niña trabajó en el campo, sus padres solo la apoyaron para que terminara la educación primaria, y ella buscó culminar el colegio en el horario nocturno. A los 19 años quedó embarazada y salió de casa para vivir con su ahora esposo.
Eugenia siempre buscó aprender, así que desde joven participó en diversas organizaciones, lo que generaba que su esposo la maltrate física y psicológicamente, argumentando que esos espacios eran utilizados por mujeres para “chismear” e indisponerlas contra sus esposos y familias.
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Con proyectos de liderazgo, incidencia social y política, economía de cuidados, buen trato y emprendimientos buscamos que hombres y mujeres logren crecer como seres humanos, fuera de las limitaciones que la sociedad impone en base al género.[/caption]
El caso de Eugenia es el de muchas. Independientemente de nuestro nivel socioeconómico, edad, educación o lugar de origen, las mujeres nos encontramos limitadas desde que nacemos a ciertos comportamientos, actitudes, roles y opciones, solo por el hecho de ser mujeres. Esto determina en mayor o menor medida nuestras oportunidades en la vida.
Podemos citar lo que sucede en el ámbito educativo, el 19% de niñas a nivel nacional no accede a la escuela, 22% si nos enfocamos en la zona rural; asimismo, el 13.6% de mujeres adolescentes –21.5% en zona rural- se quedan sin terminar sus estudios cada año[2]. Esto influye en la percepción de los hombres frente a la capacidad y preparación de las mujeres, así como en su autoestima, hace que no se sientan capaces de asumir diferentes roles, cargos ni tomar decisiones importantes en sus vidas.
En otra escala del problema, nos encontramos que tan solo el 21% de los 137 cargos más altos de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, así como en otras 15 entidades públicas[3], son ocupados por mujeres. En el sector privado, se replica la situación, solo el 24% de cargos de liderazgo en empresas privadas[4] están representados por mujeres.
Como causa o consecuencia de estas diferencias basadas en género, la concepción a temprana edad, se presenta en el 13% de mujeres (entre 15 y 19 años), y en un 1% de adolescentes hombres[5]. El embarazo precoz dificulta la posibilidad de estudiar, trabajar y crecer profesionalmente, más aún, cuando las mujeres asumen aproximadamente 7 horas más en las tareas de crianza y del hogar, que los varones.
En la zona rural, el tiempo dedicado a estas labores se duplica[6]. Aun así, las mujeres rurales dedican 24.6 horas semanales a actividades laborales y productivas; apenas 4 horas menos que su pareja[7]. A pesar de esto, vemos que la brecha salarial persiste en un 33.7%, es decir, las mujeres perciben una remuneración por debajo del varón por un mismo tipo de trabajo.
La distribución de las tareas del hogar, conocida también como “la economía de los cuidados” aparece como una forma de violencia silenciosa y naturalizada. Limita a las mujeres a determinados roles fijos e intransferibles bajo la justificación de asegurar la calidad en la crianza y bienestar del hogar.
De esta manera, se posiciona a la figura del hombre como el que decide, el fuerte, el que domina, y a la mujer como la frágil, la voluble, la dominada. La misma sociedad educa y valida reacciones violentas como “parte del ser hombre”, y la sumisión y resignación como “parte del ser mujer”. Así, solo en el 2018, hombres cometieron 149 feminicidios[8], y del 63,2% de mujeres que han sido víctima de algún tipo de agresión por parte de sus parejas, apenas 28,9% acuden a denunciar[9].
Retornando a Eugenia, si bien ella vivió numerosas situaciones de violencia por parte de su pareja, no se amilanó, continuó participando en cargos públicos y roles decisivos. Llegó a ser presidenta distrital y actualmente ocupa un alto cargo en representación de las mujeres de la provincia de Melgar, en Puno. Tras mucho esfuerzo y trabajo, hoy posee una familia en la que, ella, su esposo y sus hijos e hijas, se distribuyen equitativamente las tareas del hogar. Ahora, él la apoya y motiva a asumir nuevos retos.
Desde su posición, Eugenia agradece todos los conocimientos que recibió, que la hizo cuestionar y cambiar esa realidad tan típica para muchas mujeres. Las capacitaciones, actividades y espacios a los que acudió, la ayudaron a conocer sus derechos, a empoderarse y ser consciente de las habilidades y aptitudes, que le habían hecho creer que no poseía, solo por el hecho de ser mujer.
Desde Ayuda en Acción, llevamos 30 años en el país, con acciones que permiten a las mujeres sentirse y reconocerse, como ocurrió con Eugenia. Gracias a proyectos sobre liderazgo, incidencia social y política, economía de cuidados, buen trato y emprendimientos, apuntamos a que un promedio de mil mujeres y 500 hombres de Puno, Cusco y Ayacucho, logren mirarse y crecer como seres humanos, fuera de las limitaciones que la sociedad impone en base al género. Y es que vivir en equidad no es solo vivir libres de violencia, sino permitir desarrollarnos como personas.
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[1] Se le ha cambiado el nombre a nuestra lideresa, para mantener su privacidad.
[2] Instituto Nacional de Estadística e Informática. INFORME TÉCNICO N° 04 - Diciembre 2018
[3] https://ojo-publico.com/632/las-mujeres-ocupan-la-quinta-parte-de-los-mas-altos-cargos-publicos
[4] Ranking PAR. Ranking de Equidad de Género en las organizaciones. 2018
[5] Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (INEI, Endes 2017)
[6] De acuerdo al monitoreo realizado sobre economía de cuidados en el distrito de Anta, Cusco, al inicio del proyecto ejecutado en alianza entre Ayuda en Acción, Asociación Arariwa y Agencia de Andalucía, las mujeres disponían de 26.4 horas semanales para las tareas del hogar, mientras que sus parejas 12.1.
[7] ídem
[8] Cifras proporcionadas por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables para proyecto digital “Feminicidios 2018” de América Noticias.
[9] Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2018.