Yirko Sivirich y su intenso amor por el Perú
El vuelo salió 5 de la mañana. Había que estar dos horas antes en el aeropuerto Jorge Chávez. La jornada sería intensa, pero la motivación mayor. Yirko es iqueño, amante de los perros, reflejo de sencillez y un diseñador con más de 20 años de trayectoria en el mundo de la moda. Apenas bajamos del avión y ya estábamos camino a Ollantaytambo (una hora y media aproximadamente) para juntarnos con el equipo y seguir la agenda hacia Huilloc.
La comunidad ya estaba reunida. Todas mujeres, quechuahablantes y rodeadas de unas tonalidades de color tan intensas que te envuelven de solo mirarlas. Ellas prepararon, con mucho detalle y cariño, una demostración de cada una de las etapas del proceso de producción de los tejidos. Desde el hilado, el teñido, hasta el acabado final. Su materia prima es la naturaleza, pues ellas utilizan tintes naturales que provienen de las flores o plantas de su propia comunidad.
“Yo tenía una idea, pero he ganado mayor conocimiento. Estoy súper contento con la visita, he podido ver sus chullos, chalinas, los materiales. Todo es 100% manual. Más adelante seguro que voy a trabajar con ellos en alguna colección. Ya que todas mis colecciones están inspiradas en el Perú. Voy a dejar mi aporte y llevarme mucho de ellas”, comentó Yirko Sivirich durante la visita.
Yirko ha tenido siempre un amor intenso por su país. El 95% de sus colecciones, indica, están inspiradas en lo peruano y el otro 5%, en sus vivencias personales. De niño, participaba de la escolta del colegio y, a su corta edad, llevaba con mucho orgullo la bandera. “Mi primer emprendimiento lo inicié con un escudo pintado a mano por artistas de Bellas Artes”, nos comparte. Ha hecho colecciones inspiradas en la costa, sierra y selva.
Artesanía con historia y tradicionalidad
Eulogia es parte de la comunidad de Patacancha, en Ollantaytambo. Ella aprendió a tejer desde muy pequeña, su madre le enseñó. Así como las muchas niñas que crecen en la zona, porque tejer es un arte que tienen el compromiso de transmitir. Inician con prendas sencillas de uso propio y, poco a poco, empiezan a tejer productos para la venta a los turistas.
A los 13, tejió su propia pollera y a los 16, su manta. Hoy tiene 21, una hija, es emprendedora y comercializa sus propios productos. “Para mí es un orgullo tejer y ser patacanchina. Nosotras tejemos mirando a los animales, los ríos, las lagunas”, cuenta Eulogia con una sonrisa sincera.
A ella y los varios grupos de artesanas y artesanos en Ollantaytambo, la Fundación Ayuda en Acción les ayuda a elaborar sus planes de negocio, administrar sus costos, aprender a comercializar y gestionar sus ventas, entre otras capacitaciones técnicas. Con la visita de Yirko, agradecemos la oportunidad de insertar esa cuota de valor e innovación que sumará al producto que ellas y ellos realizan. Pero su visita, puso también en valor la historia y el esfuerzo que existe detrás de cada tejido.
Pensaríamos que Yirko y Eulogia tienen poco o nada en común. Y aunque no se conocían, los une ese verdadero amor por el país, por el Perú. Eulogia tiene un sueño: “No quiero vender solo chalinas, quiero transformar mi producto y hacer algo nuevo, moderno, pero manteniendo mis costumbres”. Yirko llegó para inspirarse, pero sin saberlo, su entusiasmo y originalidad también son fuente de inspiración.
Yirko y Ollantaytambo se dijeron hasta pronto porque se vienen nuevos proyectos ¡Atentos!