13 años en Anta y Urubamba. Es el tiempo que demandó colocar los cimientos para que 5,778 familias, de 26 comunidades de estas provincias cusqueñas, puedan gozar de las herramientas necesarias para salir adelante por sus propios medios.
[caption id="attachment_2505" align="alignnone" width="5184"] 978 viviendas ahora son saludables en Anta y Urubamba. En Chacán las han acondicionado para recibir turistas. Gracias a trabajo de Ayuda en Acción y Wara.[/caption]
En el año 2003, se empezó a dibujar un sueño que fue creciendo en Sumaru, Sunchumarca, Ocra, Anansaya, Chinchaypucyo, Paucarccoto, Parccotica, Eqqecco Chacán, Virgen del Carmen, Cconchacalla, Mantoclla, Ccasacunca, Piñanccay, Pacca, Haparquilla, Anta, Yungaqui, Khewar, Occoruro, Mosocllacta, Huayllacocha, Huarocondo, Huaypo Grande, Olones, Chinchero y Cruzpata - Maras. Al inicio muchas familias pensaron que vivir mejor era imposible, que mejorar su economía era impensable, que otras personas quieran ayudar desde lejos para que sus vidas cambien era una utopía. Pero, esto y mucho más se fue demostrando poco a poco gracias al apadrinamiento.
Un estimado de 1.200 padrinos colaboraron con los niños, sus familias y comunidades. Gracias a ese apoyo sostenido se pudo ejecutar proyectos integrales entre los que figuran la crianza tecnificada de cuyes, el turismo rural vivencial, la conversión de una vivienda hacinada en espacios familiares saludables y la apuesta por la primera infancia con la construcción y equipamiento de 42 Centros de Educación Temprana.
[caption id="attachment_2506" align="alignnone" width="5184"] 42 centros de educación temprana fueron construidos y equipados para la atención de la primera infancia.[/caption]
Todo empieza por casa
Con la intención de generar familias saludables Ayuda en Acción empezó a promover el desarrollo al interior de los hogares. Diagnósticos iniciales arrojaron que las viviendas eran precarias, hacinadas y con escasos hábitos de higiene en sus habitantes. Como resultado campeaba la anemia , la desnutrición y enfermedades infeccionas. Para contrarrestar la situación se trabajó en base un plan donde los propios integrantes de la familia visualizaban el futuro que querían para sí mismos y cómo iban a trabajar para conseguirlo.
En este afán, fue fundamental tener de aliadas a las madres y mujeres de las comunidades. Había que empoderarlas, hacerlas conscientes de sus derechos, convencerlas de sus capacidades, y por supuesto darles la oportunidad para demostrarlo. De forma progresiva 978 familias fueron mejorando sus viviendas convirtiéndolas en saludables, esto significa que las enfermedades, que antes eran cosa de todos los días como las infecciones respiratorias y estomacales, iban quedando en el pasado.
Cambiaron el piso de tierra por cemento, los fogones por una cocina mejorada libre de humo y sin animales domésticos alrededor, el uso de letrinas por baños con inodoro y lavadero dentro de la vivienda. Pero el principal cambio se produjo en la incorporación de hábitos de sana convivencia y prácticas saludables como el lavado de manos y la nutrición balanceada. Construyeron biohuertos e invernaderos con abono orgánico, para abastecerse de hortalizas en su alimentación. Y, como la crianza de cuyes estaba en sus genes, muchas mujeres optaron por continuar esta actividad, pero esta vez con asesoría técnica que les permita no solo asegurar su ingesta, sino tener réditos en el mercado.
[caption id="attachment_1867" align="alignnone" width="900"] 5.778 familias de Anta y Urubamba mejoraron sus condiciones de vida. Tú también puedes contribuir con el cambio. Apadrina al T. 7028600.[/caption]
“Antes las mujeres solo mirábamos los bolsillos de nuestros maridos. Ahora tenemos nuestros galpones y vendiendo nuestros cuyes ya estamos mejor. Ya sabemos trabajar, ya no estamos esperando, y si les falta algo a nuestros hijos para sus estudios nosotras mismas les damos. Ahora vendemos nuestros cuyes a los restaurantes de Cusco y queremos avanzar más”, sostiene Giovana Misme, pobladora de Pacca. De 10 soles que recaudaban en 2008, al 2016 las 120 integrantes de la Asociación de criadores de Anta, perciben en promedio 450 soles mensuales.
Una ñusta encantada en Anta
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En Chacán, las madres de familia fueron conscientes que en su comunidad había algo especial, una hermosa laguna que quedaba de paso al centro arqueológico de Chinchero. En este caso, optaron formar la Asociación Ñusta Encantada y aprovechar las bondades turísticas de su tierra. Hoy existen 13 viviendas certificadas por la Dirección Regional de Salud como saludables y están aptas para ofrecer el servicio de turismo rural comunitario.
Otra línea de intenso trabajo fue educación y salud. Se capacitó a maestros, a padres de familia, a escolares y se apostó por educación temprana. Se construyeron 42 centros de educación temprana para la atención de niños y niñas de 0 a 3 años de edad, de ellos, 17 ‘aulas honguito’ fueron transferidos al sector educación que ha asumido su continuidad. Antes eran conducidos por madres de familia capacitadas, hoy la UGEL de Anta las ha reconocido como promotoras y comparte esta experiencia exitosa como ejemplo a de un trabajo integral por la primera infancia.
También se realizaron campañas médicas habilitando un Policlínico Móvil para llegar a las comunidades más alejadas. 59,849 personas entre niños, adolescentes, mujeres y varones recibieron servicio de salud especializada. Hoy esta unidad móvil, con todos los implementos necesarios, ha sido entregada a la DIRESA de Anta para seguir acercando la salud a las familias que viven en zonas alejadas de los establecimientos de salud.
Cuentas claras
La ejecución de estos proyectos ha significado una inversión de más de 3 millones de euros, provenientes de la solidaridad de las personas. En ceremonia de rendición de cuentas William Campbell, representante de la Fundación Ayuda en Acción manifestó ante las autoridades qué habiendo obtenido resultados tan contundentes es momento de continuar nuestro trabajo en otros caminos. “Es la misión de nuestra organización, sembrar, construir, empoderar a las familias. Seguramente todavía falta mucho por hacer, pero creemos que ya están en condiciones de caminar por sí solas, y nos toca ir a otros lugares donde la realidad nos dice que debemos que empezar de nuevo”, sostuvo.
"Mucho hecho, mucho por hacer"
Tú también puedes ser parte del camnbio. Apadrina al T. 7028600