Mi meta es que mis niños y niñas estén preparados para la educación primaria
La vocación representa nuestros sueños, nuestras ilusiones, lo que nos inspira, lo que nos apasiona, es la expresión de nuestros valores.
Los profesores con verdadera vocación logran abrir nuevos caminos en la búsqueda de nuevos retos educativos que brinden a sus estudiantes y alumnos un cambio real y significativo, que los motive y que los inspire también.
Ese es el real motivo de los profesores de Incuta, centro poblado del distrito de Santo Tomás, Chumbivilcas, Cusco. Esta comunidad se encuentra a más de 4000 msnm y ni el GPS ni Wikipedia arrojan resultados de su ubicación o de su historia.
La Institución Educativa 56437 de Incuta cuenta con un poco más de 50 niños y niñas entre inicial y primaria y una de sus maestras llamó nuestra atención durante la entrega de prendas de abrigo a inicios de abril.
Eulogia Ataucuri Chávez tiene 47 años, es profesora especializada en educación inicial y en su hoja de vida cuenta con más de un conocimiento adquirido para el desempeño de su labor, no solo con los niños y niñas que tiene a su cargo, también con sus familias.
Se graduó en la Universidad San Agustín de Arequipa, tiene estudios en dirección de gestión, psicología, primeros auxilios, secretariado ejecutivo, nutrición y orientación familiar, es natural de Chumbivilcas y pese a realizar todos sus estudios en la ciudad blanca, decidió ejercer en su tierra natal.
Para Eulogia, su constante preocupación es la asistencia de los niños y niñas a la escuela, hasta el punto de llevarlos personalmente desde sus casas hasta el aula porque sabe que la distancia es un factor que influye en la deserción escolar. Siente que su experiencia y conocimientos pueden aportar mucho y desea hacerlo con los niños del campo, sabe que ellos la necesitan más que en la ciudad.
Incuta tiene menos deserción escolar
En 2 meses ha logrado que asista el 80% de niños y niñas del total matriculado, eso es un logro pero apunta a llegar al 100% a fines de abril. Eulogia desea ayudar a los niños y niñas de la comunidad de Incuta porque ve que necesitan más atención, especialmente en el rango de 0 a 5 años.
La educación inicial en zonas rurales es un concepto relativamente nuevo en las instituciones educativas y existen pocos profesores especializados en aplicar los principios básicos de este nivel: la salud, el respeto, la seguridad afectiva, el juego libre, la comunicación, el movimiento y la autonomía.
“Antes los niños y niñas no socializaban, no se comunicaban, eran muy tímidos, no se controlaba la asistencia y esto perjudicaba su desarrollo integral”. En poco tiempo ha notado un gran avance, los niños se están adaptando al sistema educativa inicial y eso la llena de alegría.
La meta de la maestra Eulogia es que sus niños y niñas sean más sociables, que desarrollen su psicomotricidad, que mejoren su coordinación, la ubicación en el espacio, su expresión oral y corporal y que estén preparados para el siguiente nivel, la educación primaria.
“El apoyo de las instituciones como la Fundación Ayuda en Acción y Arariwa es sumamente importante porque cuando las familias se benefician, los niños y niñas también, ha disminuido la desnutrición y la anemia, lo que afecta el aprendizaje, y se nota que ha partido desde la sensibilización a los padres de familia, para que permitan y motiven a que sus hijos e hijas asistan al colegio”.
“Proteger a niños y niñas de las heladas es imprescindible ya que cuando se enferman, faltan y se retrasan, luego se desmotivan y dejan de asistir al colegio, por eso no se trata solo de la salud, afecta en todo sentido”.
A inicios de abril, hicimos entrega de más de 300 prendas de abrigo en las comunidades de Incuta, Picutani, Huintocoyo y Uscamarca. La prevención ante desastres naturales y emergencias es uno de nuestros lineamientos de trabajo y también la educación y mejorar las condiciones de vida de las zonas donde intervenimos.
Aún nos queda mucho por hacer y nos alientan testimonios como el de la profesora Eulogia, quien todos los días se levanta motivada por su vocación docente y por ver las sonrisas de los niños y niñas que la acompañan a diario.
Súmate a nuestra labor, apadrina o hazte socio de nuestra causa.
Llama al T. 702 8600