[caption id="attachment_2320" align="alignnone" width="4908"] Máximo Lima es un pequeño ganadero de Turmaná. Espera que la sequía no se prolongue demasiado por el fenómeno de El Niño.[/caption]
Muchas veces caemos en el error de relacionar el fenómeno de El Niño solo a los huaycos, deslizamientos e inundaciones. Sin embargo, es preciso tomar conciencia que así como el calentamiento de las aguas del océano Pacífico provoca lluvias torrenciales en el norte del país, la situación es diametralmente opuesta en la sierra sur. En esta zona las familias campesinas soportan severas sequías que afectan su producción y sustento de vida.
Máximo Lima, pequeño ganadero de la localidad de Turmaná, perteneciente al distrito de Macarí, en Puno, puede dar fe de ello: “El fenómeno nos afectó porque los manantiales se secaban, no había agua para tomar, no había forrajes porque no se podían regar, no cultivábamos en esas temporadas, los animales se morían porque no teníamos ni agua, ni alimentos para ellos”.
Lo más lamentable es que la falta de agua no viene sola. El frío no da tregua ni en los meses de verano y afecta la endeble salud de los más pequeños y ancianos. El año 2015, el MINSA reportó más de 750 casos de neumonías en menores de cinco años, 25 con desenlaces fatales.
La inclemencia del frío también se ensaña con las cosechas, mayormente para el autoconsumo, que se echan a perder por las granizadas. Los fuertes vientos, de hasta 60 kilómetros por hora, también contribuyen a secar los campos de cultivo, y a socavar los techos y paredes de las precarias viviendas, en su mayoría de adobe. Al respecto, la Dirección Regional de Agricultura de Puno ha estimado que se requieren 30 millones de soles para paliar los estragos a los sembríos del altiplano, causados por los efectos del fenómeno de El Niño.
Saúl Chumbi, pequeño agricultor y líder comunitario en Alto Collana (Macarí), recuerda que en el fenómeno de El Niño de 1997 y 1998, la helada duró todo un año. A su paso dejó cuantiosas pérdidas materiales pero también cobró muchas vidas humanas, y de animales de crianza, tan importantes para la subsistencia familiar. Hoy, como padre de familia, teme que ese cruel episodio se repita. “Bastante miedo tenemos de que vuelva el fenómeno, no estamos preparados”, afirma.
Fernando Camiloaga, coordinador de proyecto de Ayuda en Acción en Puno, asegura que el FEN 2016 ya ha empezado a sentirse. “Habrá disminución de forrajes, de producción lechera, disminución de ingresos económicos, agudización de la precariedad que ya existe, la pobreza en la región Puno es una de las más altas del país”.
Ayuda en Acción y su socia local DESCO, vienen desarrollando una serie de operaciones para mejorar las condiciones de vida de más de 300 familias de los distritos de Umachiri, Llalli, Cupi y Macarí, en la provincia de Melgar. Éstas van desde la construcción de establos lecheros con salas de ordeño y ternerajes, instalación de fitotoldos o invernaderos para sembrar hortalizas en ambientes controlados, producción de pastos mejorados con sistemas de riego por aspersión para el alimento de los animales, colocación de módulos de agua segura, mejoramiento de viviendas con techos térmicos y capacitación de los propios comuneros.
Precisamente, Máximo Lima es uno de los pobladores que ha recibido capacitación en crianza de ganado vacuno para mejorar su producción lechera, ha sido beneficiado con una vivienda mejorada y ahora está presto a actuar organizadamente junto a sus compañeros para disminuir el impacto del fenómeno de El Niño. “Antes teníamos nuestros ganados chusquitos porque no conocíamos pasto cultivado, ni alfalfa, ni nada. Ayuda en acción nos dio alfalfa, avena para sembrar y cosechar para nosotros y los animales. Eso no lo podemos perder”, asegura.
Lo más importante de este proceso que se inició desde hace tres años, es que son las propias familias campesinas las que se han apropiado del proyecto. Son ellas las que en faenas comunales han construido sus sistemas de riego presurizado, han levantado cobertizos para proteger del frío a sus animales, han abierto pozos para el consumo de agua segura, y han mejorado sus viviendas para protegerse del temible friaje.
[caption id="attachment_2342" align="alignnone" width="900"] Más de 100 familias de la provincia de Melgar hoy cuentan con una vivienda mejorada con techo térmico.[/caption]
¿Qué es una vivienda mejorada con techo térmico?
Para nadie es un secreto que Puno soporta cada año temperaturas bajo cero de hasta -10°C. Ayuda en Acción no podía quedarse con los brazos cruzados ante esta situación. Como respuesta puso en marcha el programa de vivienda mejorada, que para este sector de la población tiene el complemento de techo térmico.
Esta tecnología es un sistema de calefacción natural a través de un tragaluz ubicado en el techo, que es elaborado a base de madera, triplay y tecnopor. Su función es capturar el calor que les da el sol por el día, para mantener el calor por las noches, precisamente cuando desciende más la temperatura.
“Los hijos ya no tienen mucho frío, ni neumonía, porque el techo de ternopor nos da más calor. Le agradezco a Ayuda en Acción, porque por ellos tenemos la mejor calidad de vida que hemos tenido en toda nuestra vida”, afirma Máximo.
[caption id="attachment_2343" align="alignnone" width="900"] Saúl Chumbe se ha convertido en promotor de su comunidad.[/caption]
En tanto, Saúl comenta que es muy importante no conformarse. Se ha convertido en promotor comunal y como tal siente que su rol es quitar el pesimismo a sus compañeros y motivarlos a salir a delante. Ahora enseña a los demás lo que ha aprendido: construcción de letrinas, de pozos para desecho de basura (microrrellenos sanitarios), división de espacios dentro del hogar para no vivir hacinados, buenas prácticas de higiene personal, manipulación de alimentos en el hogar; y sigue capacitándose para el bien de su familia y su comunidad.