El acceso a una educación secundaria completa es sin duda uno de los grandes retos que abordar en el mundo. Si bien es cierto que las niñas en secundaria son cada vez más, en los países menos desarrollados, como el nuestro, la brecha entre chicos y chicas sigue siendo aún demasiado profunda. También ocurre esto en países en conflicto, donde sus adolescentes tienen un 90% más de probabilidades de no ir a la escuela que en una situación de paz y estabilidad.
La COVID-19 no mejoró la situación, sino que como era de esperar, la empeoró. El cierre de las escuelas por la pandemia hizo que muchas adolescentes comenzaran a dedicarse de lleno a las tareas del hogar, por lo que las familias, una vez reestablecida la normalidad, no consideraron necesario que volvieran a estudiar, ya que eran un miembro productivo más en la familia. Otras volvieron embarazadas o simplemente no volvieron.
Según ONU Mujeres, a día de hoy se necesitarían más de 50 años para alcanzar la universalización de la educación primaria para las niñas. Imagina si hablamos de educación secundaria…
Pero la cuestión no se queda solo en un tema de derechos humanos, sino que va mucho más allá, empezando por la salud: UNESCO asegura que, si todas las mujeres del mundo pudieran acceder a educación secundaria, se evitarían 12 millones de casos de desnutrición infantil. Matrimonio y maternidad precoces también serían menos y cada año de escolarización supondría hasta un 20% más de ingresos para las mujeres cuando estas sean adultas. De acuerdo a UNICEF, de los 129 millones de niñas sin escolarizar, 97 millones están en edad de cursar secundaria.
Para revertir esta realidad, Ayuda en Acción trabaja alrededor del mundo logrando incluir a niñas en secundaria junto a sus compañeros varones, especialmente en contextos rurales donde muchas veces la única salida atenta contra sus derechos.
Según cifras oficiales, en Perú más de 800 mil niños, niñas y jóvenes que han abandonado sus estudios, han visto vulnerado su derecho a la educación, con todas las consecuencias que eso significa para su desarrollo personal social y económico.
¿Está Perú en equilibrio frente al acceso a la educación para todas y todos?
Aun no. Para la mayoría de las niñas que habitan en las zonas rurales de Perú, incluso, en muchas zonas urbanas en las que se vive en muy precarias condiciones, contar con estudios secundarios completos es realmente un reto.
En términos generales, se estima que en nuestro país se ha producido una pérdida de aprendizajes que impacta directamente en las oportunidades a las que podrán acceder niñas, niños y adolescentes cuando se enfrenten al mercado laboral o decidan emprender sus propios negocios.
¿Quieres ayudarnos a impulsar un mejor futuro para todas y todos?
Desde la Fundación Ayuda en Acción queremos asegurar la generación de capacidades y oportunidades en los y las jóvenes participantes de nuestros proyectos para que puedan aprender y emprender, utilizar su conocimiento, organizarse, proponer, encarar proyectos, solucionar problemas. Y, que sean capaces de lograr su propia transformación y la de sus comunidades y sus familias.
Se busca que los jóvenes y en especial las mujeres, adquieran las competencias necesarias para insertarse en el trabajo laboral y desarrollar capacidades empresariales para aplicarlas directamente en actividades económicas; bien sea a través de la empleabilidad o el desarrollo de un emprendimiento.
Con información de:
Noemí García Cabezas
Contenidos & Social Media.
