La Fundación Ayuda en Acción comienza un nuevo capítulo este 2025 bajo el liderazgo de Isabel Cajías de la Vega, que asumió el cargo como Directora País en Perú y Bolivia, con el objetivo de potenciar sinergias, compartir aprendizajes y optimizar estrategias específicas para cada nación.
Isabel tiene una carrera de más de 25 años muy ligada a la tecnología y la ayuda social, con amplia experiencia en el sector público y organismos internacionales de cooperación de América Latina y España. Desde 2016 es parte de la Fundación Ayuda en Acción. Bajo su liderazgo en Bolivia, se impulsaron programas para mejorar la calidad de la formación técnica, acceso a oportunidades económicas y la inclusión social.
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Hoy conversamos con ella para que nos cuente un poco más sobre su experiencia y su visión para nuestro país, así como los planes que tiene en cartera para que el 2025 sea un año exitoso para la Fundación Ayuda en Acción.
¿Cómo aportará su experiencia ahora que lidera Ayuda en Acción Perú?
Además de Bolivia, he tenido la suerte y oportunidad de trabajar en distintos países, como Brasil, Costa Rica, México, y Perú. Eso me ha permitido tener una visión más abierta y ser más flexible. Saber que todos tenemos intereses comunes, y al mismo tiempo diferencias, entre países, comunidades, ciudades, grupos etarios.
La idea es traer la experiencia que tengo en estos países para intercambiarla con el equipo de Perú, que es un equipo excelente, y entre todos formar una estrategia acorde a las necesidades y oportunidades del país.
¿Cuál es el principal reto que afrontará en el Perú?
Perú es un país multicultural. Solo Lima es una de las ciudades más grandes y pobladas de Latinoamérica. Trabajar en Lima no es lo mismo que en Cusco o Arequipa. Este proceso de urbanización tan acelerada que ha tenido Perú, crea por sí mismo muchos retos.
Sabemos que la urbanización no es un proceso planificado, sino un proceso de necesidades, donde la gente del área rural o ciudades más pequeñas no encuentra buenas condiciones de vida, servicios o alternativas de empleo; entonces, migran a las ciudades de una forma no adecuada.
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La idea es hacer una estrategia integral que combine todos los programas y proyectos que está ejecutando la oficina del Perú, pero que haga incidencia en estos grandes desafíos para lograr una implementación más sostenible.
Aliados y empresas
Un pilar fundamental de la Fundación Ayuda en Acción son los aliados, tanto de la sociedad civil como del sector privado. Cajías considera importante establecer una relación de mutuo beneficio entre los actores para cumplir todos los objetivos.
¿Cuál es el papel de Ayuda en Acción ante el sector privado?
Son pocos los países latinoamericanos que tienen la gran presencia empresarial que tiene el Perú. El sector privado es una gran oportunidad para generar alianzas. Existen empresas internacionales y regionales, así como muchas empresas pequeñas y emprendimientos que vale la pena apoyar.
Es clave apoyar en el fortalecimiento del ecosistema empresarial. Crear sinergias y vínculos, así como alianzas entre las grandes y pequeñas empresas, para mover el ecosistema, y dirigirnos hacia la transición justa, donde las grandes empresas, que tienen mayores recursos, puedan ayudar a que las de menores recursos mejoren sus condiciones de vida.
¿Qué urgencias tiene el empresariado en materia de gestión sostenible?
Estamos enfocados en una estrategia de triple impacto para lograr un desarrollo, no solo económico, sino social y ambiental. Nuestro rol es visibilizar dos líneas: social y ambiental. Las grandes empresas ya tienen una política o estrategia económica muy clara, y por eso son exitosas. Queremos incorporar en su ADN este desarrollo social y ambiental.
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El desarrollo social significa que no solo traten bien y mejoren la calidad de vida de sus empleados, sino de su entorno en general. Por otro lado, en la parte ambiental, las empresas tienen el gran reto de la transición verde, para asegurar que el negocio sea sostenible económica y ambientalmente.
¿Cómo piensa establecer nuevas alianzas estratégicas y afianzar las que ya tiene?
Es vital identificar a los actores claves en cada sector y plantear una ruta de acercamiento para cada uno. Atraer nuevos aliados significa una implementar una estrategia diferente, alineada a los intereses de cada actor. Encontrar el valor agregado de cada actor, cómo cada uno puede aportar a la estrategia de la org, y cómo le mostramos a cada actor nuestro valor agregado.
Las alianzas que duran y son sostenibles, son las que ofrecen un win-win para ambas partes. Llegar a este punto requiere encontrar cómo el valor agregado de cada actor puede aportar a la Fundación, así como mostrarles nuestro valor agregado, de modo que podamos establecer alianzas en beneficio de todos.
Ayuda en Acción 2025
Isabel Cajías tiene clara la hoja de ruta 2025 para la Fundación Ayuda en Acción. Desde fortalecer programas clave como Qallariy hasta facilitar la adopción de tecnologías para potenciar las capacidades de poblaciones vulnerables; esta es la visión de nuestra directora para este año.
¿Cuál es la estrategia que seguirá Ayuda en Acción este 2025?
Nuestra estrategia de intervención siempre busca empoderar a las comunidades. Ya no hablamos de beneficiarios, sino de participantes. En esa línea, Ayuda en Acción Perú tiene varias líneas estratégicas. Una de ellas es la de educación de calidad. Este 2025 tenemos el reto de ampliar su alcance. Tenemos modelos muy buenos, entonces queremos ampliar la cobertura, tanto geográfica, como de población; y continuar en la siguiente fase que es la generación de empleo y el apoyo a emprendimientos.
▶ ¿De qué se trata Qallariy?
Otra línea estratégica que queremos fortalecer es Qallariy, nuestro programa de desarrollo económico, que apoya a pequeñas y medianas empresas (pymes), a través de aceleración e incubación de emprendimientos.
Qallariy ya tiene casi tres años funcionando en el país, y ha dado excelentes resultados. La idea es que este año elevemos el nivel del programa y generemos más impactos en los ecosistemas económicos y sociales de todas las áreas donde estamos interviniendo.
¿Qué papel juega la tecnología en estos planes?
En todas las etapas de revolución tecnológica del mundo ha habido un efecto social. Cambios que antes tomaban 50 o 70 años, se están haciendo en 10 años. Esta situación nos ofrece nuevas soluciones, como el acceso a Internet, pero al mismo tiempo aumenta las brechas entre quienes tienen acceso y los que no.
Parte de nuestra misión es transferir tecnología, herramientas y conocimientos, para que la propia comunidad se desarrolle de forma más autónoma. El campo de la digitalización es enorme. En cinco años hemos visto cambios impresionantes, pero no llegan a todos. Necesitamos reducir esas brechas, que los grupos más vulnerables y excluidos puedan tener acceso y hacer un uso adecuado a inteligente de la tecnología.
¿La juventud es un aliado para esta misión?
Para nosotros es muy claro que los niños y adolescentes son actores de cambio. Es mucho más fácil cambiar costumbres, formas de hacer las cosas en los jóvenes, adolescentes y niños, que en personas adultas que ya tienen 30 años acostumbrados a hacer algo de una manera.
No solo cambiamos al joven. No solo él cambia, sino que cambia a su entorno. muchas veces hemos logrado llegar a los padres de familia y los profesores a través de los jóvenes.