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Reservorio ha devuelto la esperanza a los pobladores del caserío Miraflores (Santa Cruz, Cajamarca). Fotos: CDCIP.[/caption]
El distrito La Esperanza pertenece a la provincia de Santa Cruz, en Cajamarca. En este lugar de nuestro ande, a un promedio de 3,000 metros de altitud, muchas familias dependen únicamente del agua de la lluvia para subsistir. De ella, obtienen lo necesario para el riego de sus chacras y también para el consumo humano y de sus animales. Hoy han aprendido a almacenarla, a conducirla y usarla de manera racional para aprovechar cada gota y mejorar su calidad de vida.
Son 13 reservorios los que se han construido en los distritos Santa Cruz, Chancay Baños, y La Esperanza, con el programa de Siembra y Cosecha de Agua, promovido por Ayuda en Acción y su socia local CDCIP. Este sistema permite almacenar hasta 120,000m3, para enfrentar un serio problema en la región como es la escasez de agua, que se agudiza en períodos de sequía y estiaje.
Alberto Julián Tarrillo Días es natural del caserío de Miraflores (La Esperanza) y como presidente del comité de regantes de su comunidad, su labor es coordinar con sus compañeros la distribución del equipamiento tecnificado, de riego por aspersión, para asegurar que los sembríos tengan suficiente agua. “Con este reservorio ha vuelto a nacer nuestra esperanza de vida, porque antes sufríamos mucho para la agricultura, debido a que solo podíamos regar cuando llovía y si había verano las cosechas se perdían y con eso prácticamente perdíamos nuestros alimentos”, manifiesta.
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Los comuneros se turnan el servicio de riego tecnificado para abastecer sus sembríos.[/caption]
Los reservorios de agua significan un seguro para 350 familias campesinas, que saben que en el tiempo debido podrán cosechar sus productos -hasta tres veces por año- algo impensable cuando solo se abastecían de la lluvia. “Ahora puedo regar mis chacras a través del riego tecnificado, sin desperdiciar agua. Eso nos ayuda a mejorar nuestra agricultura, separar para la venta y a cultivar nuestros pastos para alimentar mis animales”, recalca Alberto.
La construcción de los reservorios es producto del trabajo comunitario. En La Esperanza les tomó ocho meses a los pobladores habilitarlo. Alberto narra cómo vivieron la experiencia: “realmente trabajamos arduamente día a día, a veces sin desayuno, a veces sin almuerzo. En ocasiones mi esposa me preparaba mi fiambre porque del lugar de la obra hasta mi casa está retirado. Bueno realmente hemos pasado muchas cosas pero no nos dejamos vencer y seguimos adelante. Hoy me siento orgulloso de mí mismo porque con mi esfuerzo y mi perseverancia el reservorio que tenemos está muy bonito y es el más amplio de la región con una capacidad de 100,000m3”.
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Alberto y sus compañeros ven una oportunidad en la cosecha de agua para mejorar su economía y brindar un mejor futuro a sus hijos.[/caption]
“Estoy seguro que mi calidad de vida va a mejorar notoriamente porque la cosecha de mis sembríos irá incrementando, y con los frutos de mi buena cosecha podré brindarles una alimentación de calidad a mi familia. Además, estoy seguro que la construcción del reservorio es la primera piedra para mejorar nuestra economía. Con ese dinerito, que yo guarde, podré educar a mis dos hijos. Ellos tendrán una profesión y eso será el mayor progreso para mí y mi familia y lo mismo sucederá con mis compañeros de la asociación. Todos con nuestros hijos educados seremos ejemplo para que nuestros vecinos también se animen y pongan de su parte para trabajar arduamente, como lo estamos haciendo”, concluye Alberto con emoción.
Cabe resaltar que la Siembra y Cosecha de Agua es parte de una propuesta integral de manejo eficiente de los recursos naturales. Se han instalado 10 viveros forestales comunales con los cuales se está forestando y reforestando las laderas altoandinas de las cabeceras de cuenca. De esta manera contribuimos a la recuperación, conservación y protección de los colchones acuíferos de la Cuenca Chancay- Lambayeque, a la que pertenece la provincia de Santa Cruz.