Si bien la apicultura es una actividad milenaria, su profesionalización es un proceso que se está construyendo poco a poco, gracias a iniciativas públicas y privadas que vienen impulsando cadenas de valor productivas existentes en la zona y que contribuyen a generar oportunidades de un empleo digno y la mejora de la calidad de vida de quienes se dedican a esta sacrificada labor.
Una afirmación irrefutable es que las abejas son vida. Una vida que forma parte de un ecosistema activo y además lo promueve. Desde Einstein hasta numerosos artículos en la actualidad, lo han demostrado. Pero, además de ser agentes activos en la naturaleza, también son los mejores aliados de hombres y mujeres. En sus vidas, estos pequeños insectos tienen un gran impacto, y por ello, los esfuerzos de seguir capacitándolos en esta labor.
Apicultura articulada, mejores resultados
Consecuencia de la pandemia, los mercados internos se debilitaron, entre ellos, el de la apicultura. Sin embargo, retoma fuerza en un contexto en el que la miel de abeja se convierte en un insumo natural de alto valor. Y gracias a un trabajo sostenido, este producto se elabora de muy buena calidad a unos 3700 msnm, en la provincia de San Miguel en Cajamarca. Estamos hablando de unas 12 toneladas de producción al año.
Los apicultores de este sector pertenecen a dos organizaciones; por un lado, Apiandina, cuyos miembros son de las zonas altoandinas; y por otro, Suyto Orco, una comunidad campesina que lleva cerca de 100 años dedicándose a esta labor.
Uno de los beneficiarios de este programa es Ronald Marrufo, quien se dedica desde niño a esta actividad que casi es una herencia familiar.
“Estamos capacitándonos de acuerdo al avance de la ciencia, de acá queremos sacar un producto mucho mejor y sacar otros más, derivados de la apicultura”.
Aquí, los apicultores son empíricos, pero junto con Ayuda en Acción y esfuerzos triangulados con instituciones como Senasa, se trabajan estrategias para mejorar el manejo de sus producciones. Así como, fortalecer el desarrollo de sus capacidades.
Miel de abeja, polen y propóleo
Ahora, ya no solo se dedican a la producción de miel de abeja, también elaboran derivados como el polen o propóleo. Insumos que antes no se tenían en cuenta y hoy aumentan el valor de su cadena productiva.
Además, las capacitaciones técnicas que reciben están orientadas a productores líderes que puedan replicar los conocimientos aprendidos en sus comunidades. Con esto, se busca orientar a otros productores mediante escuelas de campo para que mejoren sus procesos.
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Retos tecnológicos y medioambientales en la apicultura
Esta labor se desarrolla como una actividad sostenible y beneficiosa para la protección de la flora y fauna silvestre. Sin embargo, hacer apicultura no es fácil en el Perú. La falta de tecnología, conciencia y responsabilidad ambiental vuelven a esta tarea, todo un reto.
Entre los principales problemas, la alta mortandad de abejas en la provincia de San Miguel afecta a la comunidad apicultora cada año. Esto, debido a que es necesario un manejo especializado de las distintas enfermedades que surgen, así como una oportuna atención para mantener saludables a las poblaciones de abejas. Que, en este caso, con el trabajo articulado que se desarrolla en la provincia de San Miguel, a través de Ayuda en Acción, se está logrando resolver adecuadamente.
“Hoy se ve la tala indiscriminada de árboles, los bosques están desapareciendo, entonces hace falta concientizar a la sociedad”, recalca Joselito a modo de reflexión final.
Es que problemas medioambientales generados por el hombre, impactan también en esta actividad, así como el uso indiscriminado de pesticidas que se vuelven una amenaza frecuente para las abejas, entre otros. Por ello, es importante que todos nos sumemos al cuidado de la naturaleza.

Miel de abeja: impacto comercial y comunitario
La importancia de los proyectos que se desarrollan en las diferentes comunidades es que, además de un impacto directo en la canasta básica familiar, lo que les permite es mejorar su calidad de vida, accediendo a un empleo digno y utilizando sus productos en su propio beneficio.
“Si más desarrollamos esta actividad, vamos a tener mejores productos tanto en la agricultura, en la economía de las familias, en la alimentación, hoy que tenemos un gran porcentaje de desnutrición infantil”, señala Joselito Marrufo, apicultor por más de 30 años.
La polinización de las abejas actúa positivamente en el ecosistema, los cultivos agrícolas y de esta manera, en la alimentación de las familias. Por su parte la miel de abeja, contribuye también a la salud de los pobladores formando parte de su dieta diaria. Este alimento, destaca por su alto contenido en vitaminas y otros nutrientes.
Todo esto nos permite concluir que el esfuerzo colectivo genera, justamente ello: impacto. Por eso, desde Ayuda en Acción trabajamos de manera integral para asegurar que los proyectos generen las oportunidades que permitan mejorar la calidad de vida de nuestros beneficiarios y beneficiarias.
Tú también puedes colaborar con Ayuda en Acción y generar oportunidades para más peruanos y peruanas .
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