Friaje, ola de frío, helada, no importa cómo le llamemos, el resultado es el que año tras año conocemos, las muertes de los más indefensos a causa de las bajas temperaturas que estrujan a las familias que viven en los andes de nuestro país. Más aún cuando no hay resistencias en el organismo, las defensas bajas -a causa de la anemia y la desnutrición crónica- preparan el camino hacia la fatalidad. Los niños y los ancianos son las primeras víctimas entre las víctimas y Puno es una de las regiones más afectadas. En lo que va del 2016 se cuentan más de 50 fallecidos en el país ¿debemos esperar más para hacer algo?
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539 niños, de cero a cinco años, han sido vacunados contra la influenza, han recibido su dosis antiparasitaria, y su vitamina A y complejo B. Ayuda en Acción y su socia Desco actúan en comunidades de la provincia de Melgar, en Puno.[/caption]
Ayuda en Acción es consciente de esta realidad. Está en el día a día de cientos de familias de la provincia de Melgar, en Puno, allá sobre los 4,000 metros sobre el nivel del mar y temperaturas bajo cero. Está en las escuelas, donde niños y niñas -apadrinados o no- están padeciendo el mismo frío, y puede constatar cómo baja la asistencia escolar mientras crecen los casos de neumonía en los hospitales y centros de salud.
El Dr. Rafael Pandía, responsable del área de pediatría del Hospital San Juan de Dios de Ayaviri, revela datos dramáticos sobre las condiciones de salud que los niños traen consigo desde su nacimiento. “El 70% de las madres que vienen a parir al hospital tienen algún grado de anemia, y el 48% de los niños ya nacen con esta deficiencia. Al sexto mes de vida ya están bordeando el 60% y los niños menores de tres años tienen 82% de anemia en Puno”.
¿Qué tan grave puede ser esto, cómo afecta al desarrollo de los niños? “Si no se revierte esta situación durante los primeros mil días de vida, contando desde la fecundación, las consecuencias son irreversibles. Estamos hablando de niños que no podrán retener los aprendizajes cuando vayan al colegio, y de futuros jóvenes que con el máximo esfuerzo podrían llegar a ser choferes”, sentencia Pandía.
Cumplir nuestra misión, se aletarga en este contexto. La pobreza, con el frío y las heladas, se vuelve más fuerte. Mientras avanzamos en mejoramiento técnico y buenas prácticas de crianza del ganado, que incluye capacitación a más de 1,170 familias; mientras procuramos que mejoren sus forrajes, llega el friaje y congela el agua, seca el pasto sustento de los animales, y las crías mueren. Con ellas mueren también las posibilidades de mejorar su economía y acceder a una mejor calidad de vida.
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Fitotoldos o invernaderos, es la única manera de que la tierra produzca a más de 4,000msnm y a temperaturas de hasta 15° bajo cero. Aquí las familias siembran hortalizas para balancear su alimentación y contrarrestar la anemia.[/caption]
Sin embargo, eso no nos amilana y seguimos fortaleciendo a estas comunidades que tienen a la ganadería y a la crianza de animales menores como único sustento. 603 familias ya han empezado a adoptar buenas prácticas de crianza, con la dotación de lactarios y cobertizos; se han instalado 90 galpones de cuyes, 202 módulos de gallinas ponedoras, y más de 300 fitotoldos (invernaderos). A su vez se han instalado 15 sistemas de riego presurizado y 123 familias ganaderas ya están aplicando un ordeño en condiciones higiénicas, para alimentar cuatro plantas queseras promovidas en la propia comunidad.
En tanto, es urgente actuar en prevención para que el frío no ocasione mayor daño en la primera infancia, que es la población más afectada. Hemos unido esfuerzos con el sector salud y educación de la provincia de Melgar y echamos a andar una campaña de salud que contempla un sostenido trabajo con las madres y padres de familia para que aprendan a identificar los signos de alarma frente a la anemia y que incorporen en su alimentación el consumo de hierro a través de productos que cultivan en los fitotoldos.
En total 539 niños y niñas menores de cinco años han sido vacunados contra la influenza, han recibido su dosis antiparasitaria, y su vitamina A y complejo B para redoblar sus defensas. Para paliar el frío en lo inmediato, se les ha entregado buzos polares en los Centros de Promoción y Vigilancia Comunal de los sectores Santa Cruz, Bajo Collana y Alto Collana, e instituciones educativas de nivel inicial de los distritos de Cupi, Llalli, Umachiri y Macarí, con las cuales trabajamos.
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La población más vulnerable es la primera infancia, por eso trabajamos con los agentes de salud de los Centros de Promoción y Vigilancia Comunal. La prevención es básica para contrarrestar los efectos del frío.[/caption]
Por otro lado, el año pasado empezamos a mejorar las viviendas con la técnica de instalación de tragaluces térmicos. 120 familias de las comunidades de Casa Blanca, Pichacani Quirini, Huacauta y Umacollana hoy pueden cobijarse de mejor manera frente al inclemente frio. Evidentemente hay mucho por hacer, por eso no bajamos la guardia y apostamos por acciones de largo plazo como Invierte en Perú que lo que pretende es construir comunidades sostenibles, que más adelante puedan salir adelante por sus propios medios.
El frío mata, la indiferencia es letal
La respuesta frente al frío deja fluir donaciones de frazadas y abrigo, pero también comentarios desafiantes como ‘si ya sabes que hace frío por qué no te vas ahí. No es tan sencillo, existen razones históricas, antropológicas y culturales que lleva a estas comunidades a permanecer en las alturas y a soportar estas duras condiciones de vida.
El periodista Ramiro Escobar, analiza esta circunstancia en su columna en El País: “¿Se volvió orate la gente para vivir en este páramo? No, está allí porque, a lo largo de los siglos, se fue instalando obligada en esos territorios donde no había abrigo…”. Luego concluye: “No son la caridad o las colectas, por respetables y necesarias que sean mientras tanto, las que van a acabar con esta tragedia. Son el Estado y las instituciones quienes, al final, deben salvar a tantos inocentes de perecer en una congeladora”.
Ayuda en Acción invierte en Puno y en otras regiones altoandinas, con la misión de hacer comunidades autosostenibles. ¿Nos ayudas? ¡Apadrina! Mávila Huertas Invierte en Perú.