¿Por qué sucede? Existen muchos factores que contribuyen a la violencia contra las mujeres.Los bajos ingresos, el alcoholismo, la salud mental, la impunidad estatal, la violencia intrafamiliar, entre otros. No obstante, la base que explica por qué cerca del 95% de feminicidas a nivel mundial, son hombres, se origina, principalmente, en la socialización.
¿Cuál es el rol de la sociedad?
Según el MIMP, el 59% de la población en Perú expresa una tolerancia social a la violencia contra las mujeres. Más de la mitad de las personas ha normalizado y aceptado escenarios violentos en sus vidas. Parte de la explicación, está en la infancia. A través de los años, absorbemos formas de pensar y conductas de nuestro entorno. Muchas de las mujeres, desde niñas, son socializadas para no opinar o reclamar. Se les enseña a dedicarse a la mayor cantidad de tareas de cuidado del hogar, poniendo obstáculos a su educación y trabajo. Por otro lado, los hombres, son educados para no llorar, sino más bien defenderse. Aprender a pelear desde niños para mostrar qué tan “hombres” son. Evitar sentir y comunicar sus emociones, entre otros.
Vemos cómo las familias validan la violencia para “corregir” comportamientos inadecuados. Somos testigos de nuestros padres y madres gritándose e incluso golpeándose durante discusiones. A diario, nos enfrentamos a noticias llenas de matanzas, pleitos e injusticias. Existen programas, dibujos y videojuegos satirizando golpes e insultos. Todo ello, generalmente, siendo los hombres los agresores, y las mujeres las víctimas.
Pero, ¿podemos contribuir a reducir la violencia de género?
La respuesta es sí. La sociedad en su conjunto tenemos la responsabilidad de hacer una crianza respetuosa, sin exposición a la violencia. Educar sin estereotipos de género que limiten las posibilidades de ser, sentir o actuar libremente. Y, para ello, necesitamos mirarnos y cuestionar aquello que normalizamos y transmitimos.
En la Fundación Ayuda en Acción, trabajamos herramientas de socialización que aporten a frenar la violencia de género a través de múltiples acciones que tienen como eje transversal la educación con equidad de género.
- Sostenemos espacios para que la infancia aprenda, sobre sus emociones, a socializar. Esto, en base al buen trato para generar redes de amistad sostenidas en sus territorios.
- Desarrollamos programas extracurriculares de radio, ciencia y tecnología, entre otros. Enfatizamos la participación de las niñas y adolescentes en contexto en los que, culturalmente, suelen mostrarse más tímidas y pasivas.
- Promovemos espacios de reflexión con mujeres y hombres jóvenes y adultos sobre derechos, género, violencia y masculinidades.
- Generamos acciones que aseguren el fortalecimiento familiar a través de la distribución equitativa de las tareas del cuidado. Así, acercamos a los hombres a la paternidad y a la corresponsabilidad. Y a las mujeres, a disponer de más tiempo para ejercer otros roles en el espacio público.
- Fortalecemos las capacidades de funcionarios/as y autoridades vinculados a la prevención, promoción y respuesta frente a casos de violencia contra las mujeres. Buscamos asegurar un trato respetuoso, intercultural y no revictimizante.
- Impulsamos espacios para que las mujeres fortalezcan su autoestima, autoimagen y conocimientos. Asimismo, motivamos su empoderamiento para liderar cargos, roles y emprendimientos libres de estereotipos de género.
Por:
Marisú Palacios, asesora nacional de Género de Fundación Ayuda en Acción